PRESENTACIÓN

Hola a tod@s!
Somos un grupo de amiguetes con la pesca como "enfermedad" que queremos compartir nuestras aventuras con nuestros amigos y aprender todavía más sobre este apasionante mundo. Aunque en un principio nos unió el buceo ahora estamos totalmente enganchados a las Varas. El spinning y el fondo es lo que más nos gusta aunque uno del trío principal nos hace disfrutar de la pesca en embarcación...(cuando no consigue hacernos vomitar).
Comenzaré sin más las presentaciones: con base en Ribeira tenemos a "Paco" gran pescador y buceador con gran experiencia, de hecho creemos que ya daba vareadas en la barriga de la madre!!!
Con base en Lugo tenemos a Fernando, nuestro asesor técnico en todo tipo de material (cualquier caña, señuelo, carrete... está en su base de datos cerebral) y amante de todo tipo de pesca.
Por último, con base en Baiona el redactor de esta presentación "Carlos", el que experimenta todas las técnicas vistas y escuchadas a los otros dos para tratar de engañar a un robalo...(aunque sólo consiga engañar a sus herman@s más pequeños).
Esperemos os gusten nuestras batallas y que nos deis consejos para mejorarlas.

Un saludo

jueves, 14 de febrero de 2013

Fuimos dos…volvimos tres!!



En estos días de carnavales me encontraba en Santiago, y no en Ribeira como es habitual, y recibí la llamada de mi amigo y compañero de pescas y blog, Carlos.
-“Qué…, vamos de pesca??”
Hombre!, ante tal pregunta es difícil decir que no. La cuestión es donde ir estando en Santiago. Tras barajar varias posibilidades decidimos que la mejor opción iba a ser Carnota. Hacía tiempo que teníamos ganas de ir allí aprobar, así que cogimos los bártulos, tiro para Bertamiráns y allí nos reunimos los dos.
De camino, como siempre, vamos comentando la jugada y autoconvenciéndonos de que a la vuelta íbamos a volver, por lo menos: tres, Carlos, yo y un buen robalo.
Paramos en un mirador que hay casi llegando a Carnota en el alto de un monte y , ciertamente, mis pulsaciones empezaron a dispararse al ver semejante desembocadura.
Una vez en el sitio nos decidimos por utilizar inicialmente vinilos, de distintos colores y marcas. El sitio estaba lleno de rapaleros, pero no se veía sacar ninguna pieza a pesar de que la pinta del mar era…cojonuda.
Según fue cayendo el sol tiramos más hacia el mar, al secarse el río, probando todo nuestro arsenal de rapalas y vinilos (todo, no quedó nada). “Increíble!!!! E non pica nada!!”
Al otro lado del río había unos paisanos mayores que bien parecían del lugar. Ante tal situación, y teniendo presente “que máis sabe o demo por vello…”, nos acercamos poco a poco hacía el lugar donde estaban largando ellos a fondo (que presuponíamos el mejor).
Decidimos hacer un descanso en una piedra cercana, ya que estábamos reventados de varear, y empezamos a comentar sobre nuestros artificiales. Le enseñé a Carlos un vinilo (Vitu) que me había pasado mi colega David y empezamos a probarlo allí mismo. Ciertamente yo no había pescado nunca con él, aún, y flipamos como se mueven.
El sol ya caía y optamos por volver a la posta de los paisanos. Carlos me preguntó si iba a poner el vinilo de Vitu y le dije que si, a ver que tal. “¿Lo tienes desvirgado ya??” La verdad es que no, le dije, porque aún no lo probara en acción. Le tenía montada una cabeza que fabrico yo con unas cuantas “peculiaridades” que hacen que los vinilos cobren muxo más movimiento que con las compradas. Lo sujeto a la pinza e… a traballar!!
Empezamos a varear y … coñooo!!! Que pasa aquí?? Enganche un arjaso??? La corriente era brutal y aquello pesaba una burrada.
Tenso bien la línea y….amigo…. empieza a salir hilo del carrete y a pegar semejantes cabezadas… en un principio pienso que debía tener el freno muy flojo, pero de flojo… leches. Lo aprieto un poco y la caña dobla como un vimbio verde. Le suelto freno para no perderlo y miro para Carlos: “Robalo,Carlos,robalo!!!”
“Que maneira de pelear muchacho!” Nin que lle fora a vida nelo. A lo zorrateira empiezo a andar hacia atrás para salirme del río y pisar tierra firme, arrastrando de paso a la pieza hacía la orilla.
“No sube, no sube!!!”, me dice Carlos. Puntera en todo lo alto y el bicho no saca la cabeza. Porta a Dios, pelea como una burra, pesa y no sube…. Tiene que ser robalo!!!
Sigo andando hacia atrás y empieza a aparecer en la orilla; aprovecho una ola y lo baro en la arena. Carlos se apura a agarrarla y… bueno…no es un robalazo pero es bonita, casi tres kilitos.
No tengo pincha peces, así que la llevo arena arriba y la dejo allí (como cando éramos nenos que as enterrábamos na area) mientras corro al agua a seguir vareando en la zona a ver si hay más. Estuvimos un ratillo y no entró nada, pero bueno… si algo podemos concluir es que la playa ésta da bo peixe, y que el vinilo Vitu fue el único en pescar de todos los señuelos que probamos entre la docena de pescadores que estábamos allí. (Felicidades al padre por la parte que le toca).



Robalogalicia volverá, Carnota… vaite preparando!!!! Jeeee…
Como veréis… fuimos dos… y regresamos tres!!

martes, 5 de febrero de 2013

CURRICAN-REFLEXIONES PARA UNA JORNADA EFECTIVA

     Una tarde cualquiera, de un día cualquiera, de un invierno… un tanto lluvioso, tras días de temporal, mi amigo y compañero de fatigas David y yo (Paco), decidimos, como no podría ser de otra manera, salir a hacer lo que todo “homiño” debe hacer en estas condiciones…. “ir ás robalisas”!!!!
El día estaba gris, el temporal acababa de pasar, no había demasiado viento y, ciertamente, estábamos un poco cansados de ir de “carallada” el día anterior. En estas condiciones, la metodología a emplear solo podía ser una… curricán!!
Sacamos nuestras queridas rapalitas, hace tanto tiempo relegadas a la suplencia del tan flexible y profundizador vinilo, para recordar ese modo de trabajar, vibrar y cimbrear que tantas alegrías nos tiene dado.
     Con las aguas limpias, sin algas, el curricán permitía poner de titulares a las tan efectivas x-rap de rapala. Desgraciadamente, habíamos perdido en nuestra última incursión con estas cazadoras a la reina de todas ellas… “la asesina”, de color grisáceo y pecho rojo. Por ello, no nos quedó otra que optar por otros colores, que si bien no nos llevan dado el mismo número de alegrías, bien pudiese deberse a que suelen estar guardados en la cajita, motivo este, más que suficiente para no poder capturar ninguna loba.
(PD: Mis paseantes creo que se llaman así porque no hacen más que pasear en la caja, de tocar agua na de na)
     Ante la baja evidente de la asesina, era el momento, la oportunidad deseada de las “chupabanquillo”. Y tal cual Iker Casillas en su primer partido con la selección española, años ha, aprovexaron al máximo su efímera oportunidad.




     Hemos de decir, que en nuestra humilde opinión, la x-rap de rapala es el señuelo ideal para el curricán, y que, sin lugar a dudas, más piezas nos tiene dado en esta modalidad. Desciende a una profundidad perfecta para los fondos entre 5 y 2 metros en los que trabajamos, y posee un movimiento realmente efectivo. Captura piezas de todos los tamaños, y por su tamaño (usamos la pequeña) se introduce con facilidad en la boca de las lobas “peitudas”.
    Otra ventaja que tienen para nosotros es que, al tener unos cañeros en la lancha que no nos permiten bajar las punteras de las cañas a las proximidades del agua, el babero de las x-rap, mayor que el de las max-rap (por no citar otras marcas), las hace profundizar perfectamente aunque la puntera de la caña se encuentre a casi tres metros sobre la superficie del agua. Evidentemente, sobra decirlo, esto se facilita con una distancia de sedal entorno a los 100m, relación optima según nuestra experiencia para la captura de la lubina.
    Otro hábito que nos gustaría compartir es el hecho de usar trenzado, para facilitar la clavada, ya que con 100 de salida del carrete, el monofilamento, debido a su elasticidad, consideramos no es tan… clavador. No obstante, somos conscientes, y nuestros años de curri lo avalan, que con monofilamento también se pescan, que conste. Pero lo que es indiscutible, es que el trenzado transmite de modo mucho más fidedigno la pelea y los movimientos del animal, lo que lo hace ciertamente más atractivo para nuestro gusto. Por supuesto, a spinning facilita también el lanzado al poder usar diámetros mucho menores al monofilamento.
    Dicho esto, es recomendable un bajo de un buen monofilamento lo más transparente posible, para evitar los temidos roces que al curri, cierto es, suelen ser menores que a spinning, pudiendo optar por diámetros inferiores al bajo de spinning. La ventaja de no usar el bajo de monofilamento es que, en caso de enganche en alga como la laminaria, la resistencia del trenzado suele permitir con mayor facilidad la recuperación del señuelo.
     En esta ocasión, hicimos el curri por una zona de piedra y arena, entorno a los 3 m de profundidad media. Es un tramo donde las entradas y salidas de piedra propician zonas de emboscada de caza de la lubina, por lo que es ideal para nuestro oficio. Eso si, imprescindible conocerla mejor que tu casa, ya que los plotters de este planeta la marcan todos como zona intransitable. Atravesarla es como navegar en un campo de minas, será por eso que aún tiene pesca, jee…
      Lo cierto es que los días de temporal, o los posteriores, es campo abonado para el curricán lubinero.
Los años de experiencia en esta costa nos han demostrado, una y otra vez, que la lubina, en un 80% de los casos, siempre come en las mismas postas. Por este motivo, David y yo, somos capaces en muchas ocasiones (con toda humildad sea dicho), de detectar segundos antes de que pase, la picada de las lubinas en la caña del curri. Existen ciertos lugares, y en ciertas condiciones, donde la probabilidad de picada cuando vamos a pasar por allí con el curri es muy elevada (no siempre claro).
     Y es en esas situaciones, cuando el barco se aproxima a 3 nudos al lugar exacto, cuando el corazón se acelera y la tensión se respira. Las pupilas se dilatan y los nervios están a flor de piel, esperando la tan deseada picada y posterior y larga lucha de más de 100m. Qué lugares son… solo la experiencia y las repetidas pasadas nos lo dirán ( o en su defecto algún generoso compañero de fatigas, algo ciertamente… valorable y digno de agradecimiento).
     Por lo tanto, una rapala adecuada (con un mar sin exceso de porquería-algas), preferiblemente con poco viento, un trenzado y bajo adecuado, y sobre todo… la pasada a la velocidad justa (depende del viento, intensidad y dirección) por el lugar ideal que la experiencia nos indicará, suele, solo suele… dar premio a nuestros esfuerzos.
     En esta ocasión fueron tres bonitas lubinas en menos de una hora. Con el cupo lleno para el día y satisfechos por una jornada rápida, efectiva y feliz… nos dirigimos nuevamente rumbo al náutico esperando una nueva atardecida post-temporal (lástima de robalo bo; xa caerá…).


sábado, 2 de febrero de 2013